Desde bescanvi sindical tenemos claro la diferencia entre un fallo y un robo. La dirección de TMB lleva más de 20 años robando a sus trabajadores, unos 25 millones de euros en total, procedentes del complemento del puesto de trabajo (CPT). Y decimos robar, porque si una persona se equivoca y se da cuenta que está cogiendo dinero que no es suyo lo devuelve. Lejos de hacer esto, la dirección de TMB, se calla, hasta que le pillan robando y cuando por fin reconoce la deuda, en vez de devolver todo el dinero que ha robado, da una mínima parte de lo robado como si fuera un premio, y a plazos. Un total de un año y nueve meses, 18 años menos de lo robado. El símil sería el carterista que roba una cartera, se queda con el dinero y cuando le pillan devuelve la cartera vacía y aún quiere convencer que es ladrón pero honrado. Así es la dirección y lacayos a sus órdenes que controlan TMB.
Pero como dice el titular, la dirección y sus lacayos lo vuelven a hacer, un ladrón que sale indemne le pilla el gusto, se siente invencible, intocable, ven en sus víctimas presas fáciles. Pero esta vez no sólo roba, aprovechando que el ladrón está en un escalafón de poder por encima de las víctimas, en nuestro caso dirección y lacayos contra el trabajador, no se conforma con robar, sino que además coaccionan, humillan, criminalizan su trabajo e intenta un sometimiento total sobre él, sin importar el resultado de estas acciones sobre el trabajador. Como una pieza más del engranaje de una máquina que fuerzan por encima de sus posibilidades hasta romperla para luego tirarla y sustituirla por otra. Sus siguientes víctimas han sido los conductores de Horta. La dirección y lacayos de dicha cochera llevaban meses amenazando a sus conductores cada vez que sufrían un accidente de tráfico, independientemente de la gravedad o daños, mediante expedientes. La política del miedo pasaba por cuantificar los daños del accidente y posibles sanciones. Como ya hemos mencionado anteriormente, si al ladrón le dejas que actúe con impunidad, o al abusón que abuse sin consecuencias, cabe esperar que siempre vaya a peor y así ha sucedido. A la dirección de la cochera de Horta les parecía poco la coacción y ya han pasado a la sanción. Una vuelta más de rosca para que antes de romper la pieza continúe la máquina produciendo a máxima potencia. Que nosotros sepamos, seguramente hayan algunos más, esto ha sucedido ya dos veces. Sancionándolos a ambos con 16 días de empleo y sueldo.
El trabajo del conductor de autobús, o cualquier conductor, simplemente por conducir, conlleva un riesgo inherente de accidente por fallo humano. De ahí que exista la obligatoriedad de tener un seguro de accidentes. Son muchos los factores que pueden provocar el fallo del conductor y que acabe en accidente. El estado e iluminación de la vía, la climatología, otros vehículos, el estado y características del propio vehículo, cansancio, estrés... Son innumerables las causas. Una o varias de ellas puede acabar con un accidente que aun pudiendo ser culpable el conductor no implica una intencionalidad del conductor en producir un accidente. Es más, cualquier conductor de autobús, a lo largo del día es capaz de evitar decenas de accidentes provocados por fallos de otros conductores gracia a su pericia y profesionalidad. Sin embargo, la dirección y lacayos de la cochera de Horta, estos mismo que avalan y defienden a los que roban impunemente sin pedir responsabilidades, son capaces de juzgar a los conductores por un fallo humano asumible al propio trabajo, coaccionarlos y sancionarlos. Estos mismos que cada vez complican más el trabajo al conductor suprimiendo turnos de autobuses a dedo, implicando el mal estar del pasaje por la espera y quejas al conductor. Estos mismo que por falta de mantenimiento de los buses por no proporcionar el suficiente material a mecánicos hacen que circulen muchos con unas condiciones pésimas. Los mismos que hacen circular los buses por unos recorridos con unos giros y unas calles con unos espacios milimétricos para el autobús. Los que cada vez hacen servicios con unos horarios más largos de conducción y ajustados en tiempo para su recorrido y con menos descansos o incluso sin ninguno en los terminales. Los culpables de todo lo anterior, son capaces de juzgar al trabajador, coaccionar y sancionar.
Una sanción de 16 días por un accidente. Conductores con más de 20 y 30 años de antigüedad sin que tengan un expediente anterior por accidentes. Un fallo y una pérdida económica de 16 días. Un fallo y acaban robándoles la dirección de Horta a estos conductores la mitad de su sueldo.
Al final todos estos ataques se traducen en que la dirección de TMB acaba contratando un seguro de accidentes de autobuses con unas prestaciones insuficientes y es el trabajador quien acaba por pagar con su nómina los daños del accidente. Mientras el dinero que se ahorra la dirección en contratar un seguro eficiente o el robado a la plantilla por el timo del complemento del puesto de trabajo es utilizado para aumentar la plantilla de directivos y lacayos, además de sus sueldos, el nuevo edificio (más de 3 Millones de euros) del centro médico de TMB para aumentar la presión al trabajador y que trabaje enfermo o su fundación TMB para recolocar a políticos y amigos.
Ahora dependerá de la plantilla de autobuses, si está dispuesta a tolerar todos estos ataques. Si está dispuesta a que les roben en su cara y mirar hacia otro lado. El día 17 de febrero tenemos la oportunidad de decir no. No a que nos roben. No a los acosos.
Tod@s junt@s venceremos a esta dirección corrupta que siguen los pasos de los políticos que los han colocado allí y a los lacayos de la dirección, imagen de estos que cobran por hacerles el trabajo sucio.
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