Hace un par de meses, exactamente el 14 de marzo, varios medios de
comunicación nacionales, tanto televisivos como de prensa escrita, se hicieron
eco de una noticia promovida por la Autoritat del
Transport Metropolita (ATM). La ATM cuyo vicepresidente coincide con el
presidente de TMB, Joaquim Forn Chiariello, privatiza parte de la gestión del
ente. No comprendemos cómo una noticia de estas características ha sido
ignorada por los miembros de los comités de empresas de TMB.
Según la noticia publicada, antes del verano se licitará el contrato para
que una empresa privada lleve la gestión y se haga cargo de la implantación y
mantenimiento del nuevo sistema de pago sin contacto; a cambio de asumir la
inversión de unos 50 millones de euro dicha empresa se quedara con un tanto por
ciento por cada viaje que efectué el ciudadano.
Esta decisión de la ATM conlleva que parte de su gestión pase a manos
privadas y asume una deuda de 50 millones de euros que repercutirá en el
usuario negativamente por dos motivos: parte del dinero recaudado mediante los viajes
de los viajeros que iban a la ATM y se reinvertían para un trasporte de calidad
dotando de liquidez a la ATM pasarán a manos privadas quedándose de beneficio
para dicha empresa y debilitando la tesorería del ente público y por ende las
empresas públicas que dependen de él; por otro lado, este sistema de compensar el
préstamo, que cede la empresa privada a la ATM, no deja de ser el modelo actual
de las autopistas catalanas que tantas quejas y abusos conllevan. El viajero paga a una
empresa privada por el mantenimiento y la gestión de las autopistas mediante un
peaje y ahora lo hará mediante un billete en el transporte público.
Pero la pregunta es, ¿en un contexto de crisis cómo la actual, es
necesario? La respuesta es evidente, NO. Esta inversión no creara ninguna
mejora al usuario. El transporte no será de mayor calidad, no aumentara el
servicio ofrecido que se viene reduciendo cada año y la diferencia de pagar con
una tarjeta magnética a una sin contacto no justifica el gasto y los perjuicios
que generara la inversión endeudando aún más las empresas públicas. Empresas que
ven reducidas sus aportaciones públicas por los recortes y que ahora verán,
también, reducidos sus ingresos al perder parte de su recaudación a favor de una empresa privada.
http://www.elperiodico.com/es/noticias/barcelona/generalitat-encargara-una-empresa-gestion-los-nuevos-titulos-transporte-2340492
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