La dirección de TMB, una vez más, aprovechándose de la incapacidad de los miembros que quedan ahora en el comité de convenio les ha lanzado un cebo en forma de carnaza esperando que los buitres carroñeros se peleen, con el único fin de mantener el estatus sindical corrupto existente y la apatía por la lucha obrera de los trabajadores. La dirección tienta al comité de convenio (ACTUB, CGT-PSA) a decidir si el cobro de la sentencia del bocadillo se abre al resto de conductores. Esto implica casi triplicar la cantidad que debe a los 672 conductores denunciantes. La dirección con este gesto intenta salvar a la cúpula patronal-sindical de UGT, CCOO y SIT que en su día se negaron a denunciar siguiendo las directrices de sus amos en perjuicio de sus afiliados, que tampoco hicieron nada para remediarlo, es más, siguieron y siguen manteniendo el sistema corrupto sindical que reina en esta empresa. Ahora la empresa ha visto las ansias del comité de convenio; necesitado de votos y populismo se cree que el reparto del dinero del bocadillo conllevara un aumento de afiliación y votos para mantenerse en sus liberaciones. Lejos están aquellos que empezaron esta lucha y pocos son los que quedan en estos sindicatos que defendieran de verdad estas y otras causas que en su día hizo que muchos trabajadores nos vieran como ejemplo de lucha obrera. Lo peor es que unos pocos del comité de convenio se han creído con el poder divino de la verdad, sabiduría y capacidad para decidir por el resto de trabajadores. Se les ha olvidado la promesa de pasar todo por una asamblea. Los únicos capacitados para decir sobre este, si es que la empresa verdaderamente quiere que se decida y no está ya pactado con los suyos, son los 672 trabajadores que a título personal, recordar que no denunciaban los sindicatos sino que eran los trabajadores que firmaban, dieron la cara enfrentándose a ser señalados por la dirección y asumiendo riesgos, gastos y consecuencias. Sin embargo los delegados del comité de convenio no han sido capaces de consultar a estos, cuando lo justo sería haber celebrado una asamblea o referéndum para informar y decidir. Lejos de practicar un sindicalismo abierto y participativo se ha mantenido todo en secreto; cada delegado decía un mensaje diferente dependiendo de si la persona con la que hablaba cobraba o no el bocadillo, así podíamos escuchar decir al mismo liberado en la cochera que: estoy a favor de que todos cobren el bocadillo o no se merecen que cobren el bocadillo. Lo mejor era cuando se dirigían a un grupo que entonces el mensaje es: yo estoy en contra pero votare que se le pague a todos para que no se me echen encima. Eso demuestra una carencia de principios e ideales al venderse según postor.
Lo más importante es saber el por qué del cambio de estrategia de la dirección. A que se debe el afán de pagar ahora a toda la plantilla algo que se negaba a pagar y recurrió sabiendo que estaba perdido costándole el doble de lo que en su momento debía pagar. Y lo mejor de dónde sacara el dinero, cuando recordemos que hemos estado sufriendo recortes económicos y de derecho con la excusa de que no había dinero. Está claro que el dinero de los 672 trabajadores que denunciamos ya estaba depositado en los juzgados y venia de la partida presupuestaria anterior, pero ¿y para el resto? La respuesta es muy sencilla, ya que la dirección no tiene una máquina de hacer dinero y las ayudas ya están publicadas que serán aún menor, este sólo puede salir de la masa salarial del próximo convenio, donde veremos una asegurada congelación salarial o, incluso, recortes del salario firmado alegremente por los sindicatos empresariales que tienen mayoría, eso sí, con la excusa de la crisis y lo mal que está la economía.
Nosotros no creemos en iluminados, mártires y personajes que se creen por encima de los trabajadores. Es la afiliación de estos sindicatos, que es lo que verdaderamente diferencia al resto de casta sindical, la que debe obligarles a realizar una asamblea donde se decida las acciones a tomar y recordarles que ellos están ahí para acatar la ordenes de sus afiliados y hacérselas llegar a la dirección y no al revés.
