martes, 8 de septiembre de 2020

LOS BUSES DE BARRIOS SERÁN UN PUNTO DE CONTAGIO DE COVID-19

Si la empresa no pone remedio, y ya va tarde, los buses de barrios por su tamaño reducido, la afluencia de pasaje en unas horas concretas y la falta de medidas adoptadas por la empresa harán del bus de barrio un peligro para los conductores y el pasaje. Con el inicio del curso escolar y por las características del recorrido de la mayoría de los buses de barrios (colegios, más ambulatorios y hospitales) es fácil que como ya pasaba anteriormente, y que los responsables de dar el servicio nunca quisieron solucionar, ya que eran vueltas concretas, en las paradas exista más pasaje del que se pueda transportar. Pasaje con niños menores de 6 años sin mascarillas, entre otras situaciones que pasa cada día, como llevar las mascarillas con la nariz por fuera, mascarillas quirúrgicas de 4h que las llevan semanas enteras, bajarse la mascarilla por el calor o para hablar por teléfono...situaciones que se producen a diario dentro de cualquier bus. El problema aumenta cuando existen guarderías en el recorrido, ya que solo cabe un carro, y la mayoría se niega a plegarlo, quitando aún más espacio, confinando al pasaje en la zona pegado al conductor. Estas situaciones se agravan por el distanciamiento entre cada turno, ya que la media de espera suele ser más de 20´. ¿Cómo explicarle al pasaje que no puede subir después de esperar 20´, que tendrá que esperarse otros 20´y que seguramente venga igual de lleno? 

La solución de la empresa, en vez de poner una mampara, es poner una lámina de metacrilato. Dicha lámina esta collada (algunos con un simple velcro) en la mayoría de los buses de barrios solo por la parte inferior, con el peligro que conlleva si alguien se apoya y vence o la parte (con un grosor de un par de mm será lo más fácil). Esta lámina está tan mal puesta (parece un trabajo de una manualidad de un niño de 12 años) que deja huecos por los laterales que cabe hasta una mano (la solución empapelarlo con panfletos). La distancia de separación del conductor con el pasaje es dependiendo de la altura y la conducción del conductor de entre 40-70cm. No existe zona de separación como en los autobuses estándar. Para acabar la manualidad, ponen un trozo de plástico colgado con celo del techo del bus hasta la lámina. Un plástico opaco que impide la correcta visión, que en la mayoría de buses, desde que lo pusieron hace varios meses, no lo han limpiado ni cambiado (sería lo mínimo por higiene) y que es el propio conductor quien debe ir pegándolo, ya que el celo como material duradero y resistente para la automoción no está pensado (el responsable del proyecto no lo debe saber o tiene 12 años). 

Por todo ello la semana que viene será complicada para todos, pasaje y conductores. La empresa y el ayuntamiento no se les ve interés alguno más halla de hacerse la fotografía en poner solución y preocuparse de protegernos ante el COVID-19. Solo hay que ver que los que tienen que dar ejemplo, directores, CGOL... van por la cochera sin mascarillas hablando unos con otros sin mantener distancia. 

Los conductores del bus de barrio queremos las mismas medidas de protección que el resto de conductores. Una mampara que nos aísle y proteja del virus y una separación con el pasaje igual que los autobuses estándar. La mala gestión en general de la dirección de Horta y en particular sobre estos hechos, ya que los buses de barrios pertenecen a esta cochera, nos ponen en una situación de indefensión ante el COVID y de discriminación con el resto de la flota de buses.

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